¿Cómo organizarse bien para cocinar rápido?

De paso, uno puede trabajar menos sin que por ello desmerezca el resultado.

Cocinar más rápido es el sueño de muchas personas que no pueden o no quieren estar en la cocina más de lo necesario. Muchas veces, la rapidez es solo cuestión de organizarse mejor, y para ello damos a continuación una serie de consejos:

Para hacerlo todo más fácil y rápidamente, emplear, siempre que sea posible, pequeños electrodomésticos de cocina como las batidoras, trituradoras, ollas a presión, cazuelas de fondo difusor, etc.

Tener la despensa bien provista. Esto no significa que se tengan grandes cantidades almacenadas, pues es conveniente ir renovando, pero sí un surtido variado.

Son muy útiles para la cocina rápida los siguientes artículos, a lo que cada cual puede añadir los que emplee con más frecuencia: conversas de pescado, verduras, legumbres, zumos y jugos naturales, puré de patatas en copos, levadura de varias clases, hierbas y especias frescas y desecadas, salsas en conserva, etc.

Si se dispone de un congelador, aprovechar la ventaja que supone cocinar doble cantidad el día que se quiera y congelar, bien identificado, lo que no se vaya a consumir de momento.

Disponer siempre de productos congelados comercialmente. Muy útil para sofritos, salsas, guisos, etc. es la cebolla en conserva, que se puede incorporar tal cual en las recetas que la requieran.

Consultar la receta que se quiera cocinar o repasar mentalmente lo que se necesita para hacerla. Tener los ingredientes preparados, pesados o medidos, y a mano. Prever también todos los recipientes y aparatos que se vayan a emplear.

Ejemplos: tener listo, si se necesita, el pan rallado, así como el perejil, las verduras, cebollas, ajos o chalotas picadas, el zumo de limón exprimido, los huevos (en su caso) batidos, las especias y condimentos bien a la vista para no olvidar nada.

Cuando se vaya a colar consomé, poner el paño en agua caliente con bastante antelación. Sacar con tiempo de la nevera la mantequilla, margarina, huevos, etc.

Pensar, antes de empezar, qué es lo primero que debe hacerse, cuánto tiempo se empleará en cada fase y decidirse por lo más práctico.

Por ejemplo, si se trata de cocinar una carne asada con guarnición, empezar por preparar la carne, meterla en el horno y, mientras se asa, hacer la guarnición.